A veces la sencillez de tú persecuta hacia estragos con la idea de espiarnos mutuamente y que era obvio, para la mejorabilidad del sistema.
El designio del cráneo, era lograr automatizar sus logros y luego decirle a su entorno todo lo contrario de su sabiduría.
La lluvia, por asomo, era el invento de las leyes morales para decidirnos dignos, dentro del mundo de crueldad y falsificación.
Mentíamos tanto, pero aparecíamos de casualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario