viernes, 26 de enero de 2018

La Fonda Del Primo Hegel

La pretensión, acaso porque poseía un ego más grande que el mismísimo idolatrado, era mostrarte verdad más allá de los fines. No era un misterio al detalle, decirte, que todas esas cosas que elucubraban de mí eran tangencialmente ciertas pero era habitual que lo niegue. 

El primo era una tarea difícil de explicar y no iba a volver a la logia para que retrocedan cómo animales y luego lloren en ámbitos religiosos, lo qué hacían en su tierra.

Tanto escándalo y el miembro continuaba fláccido. 

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