El Espía Dentro De Tesalonicences

Era el filisteo que decía en secreto el pecado natural que esgrimían los polis, cuando los padres se iban y venían sus amantes.

No sé cuanto tiempo paso desde que en una operación de espionaje, lo grabaron teniendo sexo con sus archienemigos. Ni me preguntaban, los popes del judicialismo progre, si eso podía ser cierto.

Tenían un drama tremendo con el concepto paleolítico de la denominada biblia negra y al esclavismo medievalista eso le cabía como anillo al dedo. Les cabía tanto que no sabían del problema social que habían generado. 

Yo, era el rey que esperaba a la espía. 

Entonces Me Aburría El Conflicto

La tesis de que todo era posible en el amor evidentemente no funkaba conmigo. Adular por cuestiones económicas ya no me tentaba, eran otros tiempos donde solía mentir para conquistar a la presa.

Pero el caso se ponía denso. Grupos socioculturales se relamían con el chiste del capo. Vendía la imagen necesaria y con eso se bastaba para liquidar al extranjero.

Ahora intentaban a lo lejos, la caducación del pleito vía coloquial.

Estiercol For The Head

Algunas cosas que me preguntabas cuando estábamos en intimidad eran bastante oscuras e incluso, inducidas por prejuicios del establishment social.

La rareza fue cuando te enfermaste y te caían las lágrimas pero me culpabas. Me culpabas porque te creías inmortal y a su vez, tenías un ego ligerísimo que hacía que creyeras que lo malo te pasaba por la sincronización individualista del corazón y yo, apenas era un iluso que comenzaba a creer en la construcción de su propio destino.

Pero no sabías verdaderamente lo que sufría dios. No lo sabías. 

María, Quimera De Las Ramas Crecidas

Eran los cangrejos los que ocultaban entre sus ropas, la ignorancia de desconocer los verdaderos motivos del amor secreto de maría.

 Y cuando tuvo que concebir políticamente, no lo hizo con improperios de victima o con cosas tipo, soy el jugador del pueblo. Se preparaba con dignidad, cuando sus conocidos comentaban de su posible fusilamiento.

María, quimera de las ramas crecidas. 

El Karma Del Esférico Incomprensible

Se estaba gestando una maquiavelica expropiación mental a posteriori de los hechos acaecidos de enfrentamiento verbal. Y era cierto lo de la historia. Lástima que la verdad de la historia era impuesta por los patrones del juego. 

Te quise tener pero como correspondía. Hablaban de traidores, de puñales por la espalda y todos sabían que el eje dominante estaba dado por el vil metal.

Y dale con la idea de que todo era logrado a costilla de la varita mágica.
Superentendido. 

El Capo Que Alegaba Mezquindad De Su Esposa

Nosotros nos encontrábamos totalmente alejados de los subterfugios que esgrimía el circulo de la cúpula. No teníamos tampoco, problemas con el apareamiento de religiones y las vicisitudes que generarían entonces los potenciales cuadros de interpretación errónea. Sufríamos sí, la ausencia de tener una inteligencia propia y auténtica. No nos contradecíamos en eso. 

El capo nos recordaba los destinos del leviatán y obvio que era sincero.
No sabríamos sustituirnos dentro del acontecimiento del sistema sin que el sistema lo exprese. 

El Caso Del Caso, Sin Especificidad

Me complicaba la vida tener que objetar la fuente de información, pero debía hacerlo. Ingredientes de notable drama hindú nos ofrecían los posibles indicios de la manipulación genética para amalgamar a la bestia.

Rituales de desclasificación de datos y la labia que otra vez ocultaba la verdad.
Yo, perdidísimo del amor, en cuanto deseo de la imagen real, me bloqueaba.

La respiración no se sostenía. Órganos vitales en estado de embriaguez permanente y el juez no dictaminaba.

Era cierto lo de la cita bíblica. Acaso crimen por encargo.

La Frivolidad Del Dogma Estancaba

No sé. Habías hablado tan mal de mí que ni se me ocurría poder perdonarte. 

Estaba triste. No me importaba estar condenado a la soledad y enfrentar las adversidades de lo que fuere. Igual, Teníamos una creencia fuerte en relación a la individualidad y felicidad del resto. En eso acordábamos. Pero estaba triste. 

Recordaba los textos duros que ofrecía el alma y me acomplejaba. Era iluso creerse un místico y no tener una sola demostración real de la distinción entre mortalidad e inmortalidad. Y obvio que pretendía lo de la inmortalidad. Me mataba esa falta de fuerza empírica que haga añicos mis considerandos mayores. Me mataba.

Y a la vez, era cierto lo del caparazón cerrado. Un núcleo frívolo domaba mi ser.

La Técnica Dominante Del Avión Pobre

Tenía bastante celos por todo lo que me decían. Comparaciones de distinta índole, apreciaciones subyugadas por prejuicios educacionales de generación en generación, hacían de mi afecto por el amor, cualquier cosa. 

Oía lo de la importancia del dinero para viajar y lo referido al contextualismo. Oía también, que esgrimían del placer por la libertad y que ni dios acabaría con el mal de la técnica.

Y sí. Todavía sonaban las trompetas de la iglesia.

El Hombre Que No Veía El Mundial

Toda la levedad suspendida en ese infierno. Todo ese burbujeante aire molecular que se disipa entre tus manos.

¿ Qué hacemos hoy aquí?.

Pintamos el sol a nuevo que quema y galopa, que brota y se excede.
Toda esa idea banal de hacer números y solo nadábamos  en agua.

El viento, el viento no nos cuela. Y ahora las nubes sonríen al rozarme.

¿ Y Qué Tiene Que Ver?

Era evidente que desconocías de las conexiones clandestinas que intentaban juzgarme como culpable del delito de parricidio y no la tenías pensada. 

Oprimías tu cuerpo, esgrimiendo consideraciones del sadomasoquismo verbal y no comprendías en verdad, cuando dios venía, aunque nunca venía, del estatuto aproximativo que inauguraba la visión del film del secuaz.

Jamás entendí que desearas que yo sufra lo que vos sufrías. Era cierto que me habían cortado las piernas, en el sentido de fluidez energética que vos argumentabas con tu entorno privado.

La conexión era irreal y no tenía nada de amor cósmico como a vos te gustaba creer.

El Bucle

Ya era momento de lidiar con las bromas de objeción a los denominados nuevos ricos. 

No iba a explicarte lo que se decía porque tenías a varios esgrimiendo verdad o al caso, pretensión de verdad sobre el comportamiento de los llamados nuevos ricos.

Ya iba entonces. Venían historiadores  y me demostraban que la ingeniería utilizada era un abdomen específico con conocimiento a fracaso concomitante. Cuando me gritaban las distinciones de barbarie y militarismo, yo les esgrimía lo de los nuevos ricos.

Ellos sabían del bucle, mi historia no. 

La Bolche And The Militar

Me ninguneaste. La producción de conocimiento por fuera de los ámbitos académicos era casi inexistencial y obvio carente de absoluta legitimidad para que creas tomarme en serio. 

Recuerdo que si no era por los servicios, hubiesemos generado un gran timing en el amor del sexo, pero me ninguneaste.

Y la pose de ningunearme hablaba de vos. De tu situación en el mundo. De tu frialdad para considerarme.

Y mi mente, alejada de los parámetros de la cultura snob y de moda, sólo pretendía amarte. 

Tenías que besarme y la invitación era mía.

Meldonium

Varias eran las cuestiones que desconocías cuando adquirías bienes materiales y los del estigma te trataban de incrédulo. La aparición del enemigo, construido a base de consideraciones intempestivas de los que se suponía debían protegerte, también sumaba a tu enredo de información encubierta.

Pero no importaba.  Estaba al tanto de enamorarme y eso no era producido por el milagro poético de ningún budista malicioso y esas cosas sacras que se despliegan y pliegan bajo distinta forma.

Yo quería mostrarte el vil compuesto del anti. Qué sepas de la jugada colectiva del mudo. Y que no era traicionero el quía.