Feria, De Las Ciencias

El amor por la científica en realidad era más por el hambre que por un verdadero sentimiento de amor y entrega por ella. No tenía porque ocultarlo, sería reaccionario desde lo profundo de mi corazón simular auténtico amor cuando carecía de ello, evidencia empírica.

Era petulante, yo lo sabía. Enumeraba de palmo a palmo las consideraciones del objeto y el deseo, las apreciaciones del riesgo le importaban mucho.

Qué decir, era su operario. Ciencia de la chakra furtiva. 

Potra, Experience

El tío era usual, cuando se trataba de realizar el cuento de la cripta y ellos no querían decírtelo, pero igual, toda tú experiencia.

Los círculos rojos, los concentrados, eran para la levitación del ser.

Los caballos, el cuidado, temple de una belleza ineludible. 

El Agua Del Estanque, La Sublime

El cambio de nombre era una aproximación a la tautología. En verdad, no importaba demasiado que entiendas lo del intercambio de nombres, o sea, el hackeo era una idea delictiva y la realizaban finamente.

El agua, la totalidad del deshielo. Te seducía tanto el aire del nadeo en el estanque.

Yo estaba ahí. Próximo al sublime del mundo. 

La Realeza, Punto Del Cosmos

Las atribuciones no tenían nada que significar. Insistías con las cartas del rey y los resultados estadísticos del campo de la astrología. Otros, el pacto con el dinero.

Resistir, la incredulidad y la apoteosis por el ingenuo, sin presiones, no iban con mi genio. 

Don, Mantra De La Corporalidad

¿ Qué le pasaba a tu papá? , me dijo que no creía más del sistema político y menos de las ideas de bien, no sé, me parece que yo no tenía la culpa.

Culpa. Sí, ese era el tema o problema del don. Demasiado prejuicio. Festejaban la ofrenda y negaban por estrategia el gusto por el juego de las ficciones.

Te dije lo de la amnesia y el karma transferido. No lo creías, no lo creías.

Dime, dime tú.

Duilio, El Astaragita ll

La desaparición de los números no era la cordialidad del sistema, yo quería. Pero había funciones.

Diacronía, sincronía y el adrede vector, del axioma Nabucodonosor. 
Síntoma, gragea.

Química del bosque. 

Magdalena, Cine Desigual

Nos sofocábamos, cuando el frío de la turbulencia nos esgrimía imágenes conceptuales que no comprenderíamos. 

Y los dichos, las discusiones. La suposición de mundo de algunos colegas que nos preguntaban con altísima soberbia, qué era en definitiva, lo que pretendiamos nosotros en esta vida, lo cuál, en algún sentido implicaba decirnos que éramos incongruentes. 

Tenían información des-clasificada, no lo sé. La deidad entonces no era nuestra ejecutora. 

Las Palomas, La Transpiración, Algo Del Aura

Hubo una serie de confusiones vernáculas cuando respirábamos tu aroma y latíamos del deseo. Me encantaba decirte patrona, en el momento terminal donde debías responder verdad, en relación al artificio del envase.

No, no creas. Pero no nos decían, que el lomo era lo más petrificado. 

Tres Pibes Churros Y Ninguna Con Anteojos

Perdíamos el cable a tierra y no podíamos creerlo. Circunstancial, el mudo nos caminaba todo y no lográbamos discernir acaso, su lógica de sentido. Capaz no la habría, y a la significación de la competitividad, el falocentrismo ya era su historia. 

No iba a convencerte de las tríadas conceptuales dentro de la astronomía y las burbujas de los creídos, además, por cierto, no me cabía ese conocimiento alejado de lo que realmente pretendíamos y de paso debatir sobre la mejor música, objetiva, se supone que era lo tuyo.

No había error. Creíamos en los datos específicos del sistema. 

Cadalso

Para la prisión ontológica, había la necesariedad de varios elementos espectrales que confabulen en simetría de vectores. No lo habías escuchado seguro, o quizás, bajo otras formas tutoriales del sistema.

Ni que lo digan.

Y la armonía del espíritu no tenía que ver entonces, con saber en definitiva, quién era cada uno en su propia individualidad. ¿ Lo negabas?.

Era eso. Amor, amor comprame.

Evangelina, La Porteñita Top De La Mala Prensa

El rasgo del canto a capella no era tu consideración más propicia para el amor sagrado.Tanta imaginación utilizada y no comprendías que gran parte del tiempo esgrimías opiniones basadas en lo que decían los demás.

La lucha, todos los problemas corporales eran el resultado de la metafísica sincronizada que nos imponía una labor cruel y terca, en obvia referencia a los considerandos privados de alguna existencia superlativa.

No sabías lo que realmente te amaba. Yo era ese tonto que había revolucionado tu mente.

La Bastardita

Siempre me hablabas de la festichola. No sé, te caía en gracia recordarme esas cosas de tus íntimos y lo bien que la pasaban. Celos, muchísimos. Bastante difícil la hacías diciendo que no podías olvidar a ese tipo que te enamoraba con sólo mirarte y yo sufría.

Decías inventos que en verdad, no eras quién para juzgar la historia problemática de mi familia y sí, debías ser feliz.

¿ Qué se te ocurre?. Sí eras de verdad, debías aprender a valorarme por fuera de mis ideas o creencia religiosa. Eso, nunca lo supiste. 

Los Prisioneros

Y ya estábamos al tope, en razón de discutirte algunas consideraciones del pasado. Había algunas cuestiones que en mi caso, no interesaban demasiado porque podría comprenderlo. Pero te decía, ellos estaban al tope con estas cuestiones del tiempo sin azar. 

Esa tristeza no era tuya. Hiper seguro, esa tristeza no era tuya. Hubo transferencia indicada y yo no podía dudar de lo que esgrimían en relación a ese pasado  donde otros suponían saber más que vos, no, no era tuya esa tristeza significada en técnica vudú. Y el pasado era el pasado. Sedimentación extrema e imposibilidad de negarlo.

Y yo sabía de la eterna discusión de tus padres. La tristeza, indomable corazón del sistema. 

Un Juglar Por Fuera De La Radiación Solar

Donde queda eso no lo sabía, pero fingía de la aproximación al conocimiento. Las verdades, los axiomas telúricos me re discernían. 

Eso no. Tejía la perpendicular del paralelo. 

Josefina, Cuando La Solidaridad Te Parecía Una Cosa Estética

Las explicaciones ante tu falta de apetito, en relación a la divinidad suprema, carecía de un fundamento lógico. Las trillizas de oro, la mentira del locro rejuvenecedor, ya constituían un ojo en la tormenta y daba para estar en la mira.  

Era cierto que había que participar para lograr la transformación de la realidad social, casi una obviedad, pero no tenías que imitar esas formas que no eran las tuyas. Inautenticidad.

Las escuchaba. Adoraba cuando hacían el amor de verdad. 

El Deseo De Ser Tu Dueña

Toda la luna hastiada era por la corporalidad del viaje soñado. Nos acostumbraban a las lecturas del psicoanálisis y a la posibilidad de ser tu ropa, tus colores. Yo sabía ya, del oprobio por el fingir.

Y cuando eras dueño, el dulce no se escapaba. 

Bohemia, Posibilidad De Contestación

Pero no le dijiste entonces a tu hermano del pacto secreto que hicimos en la oscuridad prometiendo nuestro cuerpo para que no resurjas más. Ellos, los del tarot, no tenían rencor por los dichos del ignorante. Sabían de la apetencia debida y esperaban al punto, la numeración específica.

Pensé que sí. Lo de la pala, sí, eran acusaciones de otra índole. Mundo de la barbarie y afecto para la terapia intensiva. 

Runnin´ Up On Ya

La crítica era por los impedimentos y obstaculizaciones naturales que teníamos que soportar. No ganar el match, de última, podría convertirse en una elección intencionada y los que hablaban de traiciones económicas, al fango.

Mucha imagen cómica. Mucha. No poseía propio vitreaux para mostrarte lo que era. 

La Última Canción De Gospel Antes De Tomar La Viagra

Y vos creías que podrías seguir ocultando lo que esgrimías de mí por detrás de mis espaldas. 

Jamás, ni que dudara de dios, jamás iba a generar un contralor ilegal sobre tu mundo virtual porque básicamente eso no estaba dentro de mi formas éticas y menos, cómo proposición y estilo de vida. Desde ya, para decirlo, los inventos de la química y física nos daba grandes utilidades cuando no sabíamos como enfrentar al under de la cool.

No significaba, no significabas, el amor en tiempo de las dudas.