El Novio Iraní

Le hablaron seriamente sobre las vicisitudes del caso. Los cómplices del crimen invertían en sistemas verdes y ninguneaban al amor verdadero. Acabado el indicio, convertíamos los cuernos en el prejuicio de clase.

Hablar en lengua, era la demostración del afecto.

Hanoi

Eran varias las veces que esgrimías lo que las estructuras del estado versaban sobre mis acciones y declaraciones adrede de mi esfera privada.

Y eran varias las veces que gente amiga daba por sentado qué yo, jugaba a dos puntas. Causaba estupor, la fácil tarea orquestada por las antiguas listas negras y qué vos, tonto y e incrédulo, desconocías.

Yo, hiper creído por mi conocimiento político y acaso también de las religiones despóticas, lamentaba que te dejarás llevar por lo no real. Y morir, cuando uno no lo deseaba y esperaba, ya era parte del juego. Pensé que lo sabías. 

Realmente, pensé que lo sabías. Lloraba sí, pero el ego no era mío. 

La Festichola, Cuando El Zombie No Llamaba

El sadito, negaba el proceso de sincronización del amor y apenas se enojaba por no poder llegar al orgasmo.

Sin cuidado, argumentaba de algunas situaciones sospechosas de flirteo sin notificación y astucia del fenómeno paranormal.

In loco. Era una expresión jurídica qué databa de los años 70 y en temple de los significados, el sentido auditivo le esgrimía su concentración.

La sangre para las chicas, era cuando inventaban la resurrección.

La Física De La Intimidad

No entendía las composiciones de los textos sagrados y de donde surgían las lecturas proféticas de los mismos. Había realmente, poca manifestación de conocimiento plausible para darle credibilidad a los dichos de esos textos.

Confiaba en las piernas rotas.  Y a su vez, confiaba en las piernas que secretamente generarían los milagros jamás creídos por los que saben más en la tekné  y desprecian del oráculo.

La física, era del púgil.

Se Cree Genio

Por lo general, no cuestionaba la sexualidad del pibe y realmente desconocía del problema epistemológico que se estaba dando. La ciencia, o eso que se llamaba ciencia, tiraba fuertemente del bueye e intentaba copiarme para no quedar afuera del resultado.

Planeaban las creencias supersticiosas darme el veredicto final. De mi parte, me sumergía en los proyectos del sudeste asiático y le esgrimía a mis hermanos, del infortunio del genio domado.

Todos eran especialistas. La droga no me seducía. Ni natural, ni química. Ellos sabían de la aporía epistemológica y ponían en mi boca, cosas que nunca dije.

Cosas que nunca dije.

Los Cañones

Era otro el sistema figurativo cuando alcanzábamos la posición teatral y nos compenetrábamos al leit motiv de los acusadores.

A eso, sumale qué tu zona de confort me tenía ampliamente rechazado. Quizás por la comparación odiosa y resultante a los fines específicos del ladrón del siglo.

Bastante suspicaz igual, la conspiración de las deseadas para obligarte a creer a creer o a creer.

Y yo no estaba para eso. La soledad, me indicaba la perfomance. 

Petrocelli, Dios Apolítico

Vivíamos de la melancolía. Varias veces recordábamos las situaciones de antaño y casi sin querer, generábamos la estructura legitimante para la lamentable cosificación de nuestros hechos de costumbre y vida. 

Luego, nos preguntábamos por la culpa y toda esa serie de atribuciones que el sentido de reflexión nos otorgaba y creíamos en definitiva, en los deseos de los dados. 

La muerte, el amor, la ausencia de conocimiento certero no nos calmaba.
Yo te explicaba cómo nunca nadie, las casualidades de los conceptos del mundo de la nipona y lo que ellos interpretaban.

Desafiaban al que te dije. La prisión, la no prhonesis. La corporación legitimante.

Cuando Éramos Incrédulas Y Oíamos Al Bosque

A veces la sencillez de tú persecuta hacia estragos con la idea de espiarnos mutuamente y que era obvio, para la mejorabilidad del sistema.

El designio del cráneo, era lograr automatizar sus logros y luego decirle a su entorno todo lo contrario de su sabiduría.

La lluvia, por asomo, era el invento de las leyes morales para decidirnos dignos, dentro del mundo de crueldad y falsificación.

Mentíamos tanto, pero aparecíamos de casualidad. 

El Fantasma Del Tenis

Tiene que realizarse sin experiencia paranormal, cuando el fuego les esgrimía la verdad de los posicionamientos de sincronización, acaso la idea del tiempo y poder.

Entonces la presión. Amigos y vecinos eran traidores, sí. Pero querían al padre.

Así mí corazón, lamía del herbívoro. 

Los Posicionistas

Y te interesaba tanto mi conducta, otrora de comportamiento social, que al fin, tuve que considerar qué te movías con la estigmatización de los punteros. ¿ Raro no?. Ante la falta de imaginación, yo me iba y le esgrimía al pendejo la falta de astucia del partenaire dado.

Las infidelidades no me importaban. Jodía la adulación del clasista.

Así Nos Convertimos En Concepto Especulativo

Nos quisimos tanto que no servía admitir que había mentido en distintas situaciones, simplemente porque acusaba complejo de inferioridad.

Te había sugerido entre risas, que no podía tener un hijo porque absorbía una esterilidad fuertísima. No era tu deseo, lo sé. Pero varios del ambiente comulgaban con la idea de generarte un primogénito y hacer las paces con la sincronización.

Al final, tu mamá tenía razón. No la conocí, pero era harto evidente que tenía razón.

Aunque la cuestión pasaba por el principio. Te había mentido. Para tu forma educativa, eso era imperdonable. 

Se Cree Trotsky

Era un accidente promisorio desafectar la inteligencia del hueso cuando decía que daba el alma, en los procesos de telekinesis inducidos por los chamanes del conocimiento.

La lujuria, eso inventado y capitalizado por las formas alquímicas del dinero, no servía para lograr el tanto del summum.

Hasta se podría decir que el tipo no veía la apropiación de la teoría del sistema para lograr cortar la cabeza del ángel y capaz, enviarla al infierno. No, no lo veía.

Era la fauna la que simulaba el bien.

La Tormenta Futura

Había, para variar, ejemplos por doquier de las distintos procesos de adulación llevados al punto para concretar la obra magnífica.

Esa obra deseosa, la inculcaba la estructura delictiva. Acostumbrada a usufructuar la labor de quién sabe, dios oculto dentro de la humanidad. Y al cabo de las discusiones de prejuicios y preconceptos, la tormenta ontológica imponía su ser.

Tenían un dron polisémico. Para controlarlo todo.

Ghosting

Por otro lado querría creer que lo hiciste por desconocimiento del plan del resto. No es que me daba lo mismo dejarte fuera del territorio de mi pensamiento, pero tus acciones estaban supeditadas a lo que decidía el resto de tus complicidades.

Obviamente que creías que serme infiel era lo necesario y determinante para el juzgamiento que yo merecía. 

Eran filtros de la sociedad para recién poder acceder a la clave del conocimiento.

Ficticia, Naturaleza Ficticia

Al fin de nuestra historia de amor, pude sobreponerme y vociferar que en verdad tu enamoramiento era un fiasco.

Hacías la ficción de distintos momentos del placer de otras historias de amor, pero no de la nuestra. Ni idea por qué tu forma ontológica era de sincronizar lo contrario a los mandatos divinos culturales. 

Realmente era ficticio decir historia de amor cuando teníamos persecuciones de distinta índole y vos creías en lo que esgrimían los culpables.

Había que hablar con el poder de convocatoria del intruso del amor. Pero no. No evolucionaste en términos materiales, como lo deseaba el amor futuro.

Yo estaba ahí. Puesto con la ficción del mundo.

El Caliente Materialismo

Parecía sincera la apreciación del mudo, en lo concerniente a la hipocresía y falsedad reinante dentro de los parámetros de cierto funcionamiento social. Pero igual, eso no era materia de discusión para los que pretendían decididamente felicidad ontológica para unos y otros. 

Perogrullo pero se les subía el humo a la cabeza. 

La ideología supuestamente mejorcita para nuestro sistema y también esa religión, equivocaban en su apreciación para lograr la solución dentro del disenso.

Y ahí teníamos a todos con el humo en la cabeza. Creídos de que se las sabían toda. ¿ Y sincronizaban qué? , el mudo, el maestro ignorante poco a poco detallaba la soberbia y arrogancia de los distintos componentes de los procesos de sincronización social. Le daba saber al faltante de la química para la física.

No decía materialismo. Decía caliente materialismo.