El Club De Los Nombres Fraudulentos

No te lo había dicho, pero el intento de ser vegetariano la verdad, era por una cuestión política y no quería defraudarte con esos que indicaban malestar con el mundo materialista. Pero todo era así judas, y ellos sincronizaban los momentos del tiempo díscolo y a lo sumo, creían del alter ego.

Tenías, obvio, altísimo nivel de prejuicio y considerabas de la metafísica pero eso no era metafísica, te juró que el esoterismo reía y la verdad, yo construía esos sistemas que te tentaban. 

No quería ironizar sobre el noble. 

El Ojo Cíclope, América

No iba a decirte de las jugadas espirituales porque no tenía que ver. La acabadita cuando despertabas, era un signo del mal humor.

El disco explícito contabilizaba gran parte  de las confabulaciones a la individualidad exquisita.

Lamer, cómo nunca antes el resultado. 

Secuencia Y Concepto, Bolivia Girl

Era tu participación, importante, aunque débil para debatir las ideas prácticas sobre la oposición entre el bien y el mal. Pero suponías determinadas cuestiones en base a la creencia.

Y la mufa era creada culturalmente a los fines específicos de estigmatizarte y condicionarte.

Polígono y trayectoria privada que desconocía del azar.

¿ Y, Lloraste Por Los Túneles ?

Te indicaban sobre el pretexto del gordo y no lo creías. La laburaste sin interés  y no querías especular de paso, con la guerra psicológica del almirante entre las lineas del subterfugio.

Y sí, te hablaban del beso. Del beso del enamoramiento y de cómo cuando construían el imaginario de las redes, caían en la tentación del promiscuo.

Eras la nueva winona. Y la nueva winona se refugiaba casi por temeridad, entre sus amigas y el rol ficticio de la madre. Flotaba, flotaba la ciencia del juicio. 

La Mística Del Karma

Teníamos que probar bocadillo. Era una hambruna tremenda la que sentíamos y ya, la idea de lo sólido o lo líquido en relación a algunos conceptos de la bestia, no nos cabía. 

Yo ya había sugerido  lo de la prhonesis mágica pero había una comunidad, y lo cierto, sospechaban de mis pensamientos.

La rola, tu comportamiento vintage y sí, desconfiabas del posible amor verdadero. Y había hambre. Reíamos de la fenomenología. 

When The Working Class Becomes A Reactionary

Ya era posible lo de la ilusión en masa. Lo de la alquimia y lo de los influjos sanguíneos, nah, ni te lo podrías creer. Las vicisitudes programáticas cuando te pedíamos perdón por obviamente, llevarnos a considerar de vos negativamente en base a las habladurías de los inteligentes. 

Yo ya era viejo para que entiendas lo de la historia metafísica y no tenía problemas en ser un individuo perverso y la labia, ojalá para los orangutanes.

Quería que supieras de la falsa religión e ideología que teníamos.
Cierto, ya meditábamos sobre el snobismo. 

La Bóveda De O´Connor

Y vos que escuchas, esgrimía el oficial de la internacional cuando todavía creía que por algún motivo, debíamos escuchar lo mismo. Ah, re significaba.

Las vértebras estaban desposeídas y los datos, yo no quería decirte en la cara lo que me planteaban de vos y tus arbitrios en la pinta.

Al fin, eso de la ketamina era para algunos pocos.

Y no era yo, tu tipo. 

Compulsión, Magister

Siempre hacíamos el costillar asado porque sabíamos que en alguna forma, era tu plato preferido. Y lo cierto, no era por una cuestión especial y la costumbre, la costumbre era por las intenciones del affectio societatis. 

Los deberes. Raciocinio y compulsividad. 

Can´t Help Falling In Love

Y eran situaciones díscolas. Y no parecía algo bien, tener que razonar una y otra vez considerando sí era conveniente juzgarte en base a los dichos del doble agente. Las apariencias, los temas tabú nos complicaban varias veces la jodida verdad.

Pero la historia dominante era esa. Razonar argumentarte y sugerir sí convenía o no convenía. Tanta pierna rota y todavía especulabas los designios del amante.

Delfi, La Zurdita Del Hockey

Las cuestiones del consentimiento para salir versaban sobre otras cuestiones. Primero, pensabas que Obama iba a bancarte el entierro y lo cierto, dudo que algo de eso pueda sucederte, pero no lo digas, no lo digas.

Lo siguiente, en esa zona de aproximaciones donde debíamos decidir, tenía que ver con los libros sagrados mal esculpidos e incluso, mal interpretado por tu círculo hermenéutico de enemistades.

Podíamos  ser lo que imaginarás. Sucumbiendo al deseo y creyendo lo que quieras.

Las zonas érogenas no se descubrían bajo la tutela del clasicismo social.

Y no era yo, tu tipo.

Las Páginas No Responden

De ningún modo podía aceptar lo que me sugerías. De ningún modo. Que yo era un vínculo tóxico y esparcía sobre el cuerpo ontológico de tu madre lo que no era bueno. ( Afectación moral de estas acusaciones).

Era un yerro. Sencillamente era un yerro importantísimo y obvio, producto de las estructuras reaccionarias que dinámicamente iban desplegándose y endilgaban culpabilidad a lo que no comprendían bajo el ala de las deidades religiosas.

Al punto, yo no pretendía ese usufructo.

Sabía que existían otros mundos. Sabía que existían y no importaba la responsabilidad de que fueran reales o ficticios. Importaba de que era cierto. La posibilidad de la posibilidad ya era la posibilidad.

Lo comprensible, lo anacrónico de la toxicidad que vos creías importaba un sesgo. Simplemente una abreviación del sistema.

Norma, La Posmontonerita

Ya era el resultado definitivo y las causales de tu enfermedad crónica ya estaban a instancias del amor verdadero. El pánico, la depresión, los hechos de la buena voluntad ya no existían.

Había madera. La necesaria para que desees lo que tus intereses debían desear.

La Casación

Te decían de la desaparición. Incluso, habías aprendido a desaparecer de las redes en el momento indicado y claro, cómo estrategia manifiesta. 

Y yo era. El proceso de sincronización y la categoría específica del objeto técnico. 

Era cierto. Ore mucho. Pero no comprendía de la desaparición abstracta. 

Walk Like An Egyptian

Tuvimos largas horas de caminata pero no logramos la perfección del tesoro. Células apócrifas nos confundían incesantemente. Virtudes, acaso el conocimiento nos otorgaba virtudes para sacrificar verdades de la plusvalía del manto.

Yo era el estipulado. Pero tu mente estaba en el pasado.