martes, 30 de enero de 2018

The Blood, The Rotten Mind

La sangre especializada en sistemas terminales no se juntaba para esgrimirle al juez, de situaciones tipo, mala praxis de religiosidad auténtica.

El calor, por fuera de lo normal, ya era un indicio. Pero igual, no me atrevía a endilgarte ciertas fenomenidades abstractas de juegos de hechizos, donde al final, podías terminar siendo un brebaje mortal.

Para enamorarte no tenías que andar diciendo que sabías todo de la astronomía y hasta qué podías resucitar, curarte y sanarte adrede del chamanismo socrático.

El levante nada tenía que ver con dios. Eso lo hacían para eximirse de responsabilidades de índole moral y ficticia.

Yo te pretendía cómo un macho de tiempo completo.

Por tus formas de histeria y superficialidad, no hubo ni la milésima parte de amor verdadero.

Por eso te preocupaba la sangre.








No hay comentarios:

Publicar un comentario