La Pretensión De La Feminoise

Los libros, el ambiente, cuando nos vimos, se incendiaron literalmente ante el aura científica que desplegábamos al conformar un momento de analítica de pos verdad. Obvio, sabía de tu pretensión al igual que el resto de allegados expectantes de la posible espiritualidad del amor.

No hicimos nada. Nos negamos y reíamos del potente destino del sol.

El Vaticano Provincialista

Eran las laderas del viento, que flirteaban los siniestros hechos del pasado donde escondían verdades ocultas y nunca imaginadas por las generaciones rebeldes.

Los datos, sumergidos en profundidades de la arcilla cruel, decían de las distintas conspiraciones perpetradas bajo el velo riguroso de la ignorancia.

Aparte, decían del adios, de cuando mujercitas monas ruborizaban el corazón.

La Debilitación De La Mente

Eran varias las veces donde se te indicaba que eras el único que había repetido de grado y que obvio, por algo sería. No quería estigmatizarte, ni de casualidad. Pero la comprensión de lo estudiado por el sistema no te alcanzaba ni para superar el primer examen de la prhónesis. 

Tus conocidos, acaso tus conocidos decían que te habías vuelto loco y que realizabas acciones de toda naturaleza en contra del mandato religioso y de la lógica.

No sé, admiraba igual tu capacidad de resiliencia pero tu mente era debilucha.
Así nos lo hacía saber tu pobre madre.

Te alimentarías de manera pésima o capaz, ni comerías. No sabríamos que te sucedería, pero el razonamiento del mundo era como nosotros lo indicábamos y no como vos pretendías que fuera.

Ese fue el elemento desestabilizador para la desaprobación de tu alma.
El perdón, la verdad, desconocíamos de los parámetros abstractos del omnisciente Dios.

La Infidelidad, Acaso El fenómeno De Sincronización Social

Ya sabía yo de los chismes que comúnmente  otorgaban dentro de los sistemas laborales y de lo que decían de vos, me horrorizaba. Nos enseñaban a no entrometernos en cuestiones ajenas de amor, y era cierto, nos metíamos porque a la evidencia, tendríamos algún interés superlativo. 

Cambiabas siempre de gusto y nos esgrimían, agentes sistemáticos, de tu funcionalidad al engaño. Y de la adulación, por la estructura delictiva. Ni sabía de la irregularidad del comienzo. Ni lo sabía.

Pero no podíamos dilucidar de la sincro de tu subjetividad. Y los que nos decían una y otra vez, estaban en lo cierto. 

La Epistemóloga Del Cine

La Citación, La Envidia

Nunca supuse que algunas de las selfies programadas para la secuencia, tenían la intencionalidad de resistir al imperio. Lo juró, eran a-históricas las propuestas de enamoramiento cuando el tercio de los trabajadores preferían estar con sus mujeres antes que padecer una hambruna intentando conquistar lo inconquistable. 

Pero la pócima del espejismo daba sus resultados.
Había que leer y leer entre sus lineas. 

La Herida Del Poltergeist

Eran las usucapiones, alguna de las causales que me tenían al maltraer y no quería hacerte saber de mi problemática jurídica.

 Ese veredicto, más todo  lo que el micropoder te esgrimía de mí, hacían de las sincronizaciones familiares un verdadero carrousel entre teatro y verdad, y esa sapiencia de puntearte la verdad de muchos. O sea, no creías. No comprendías cuando decían del pecado tautológico, no lo comprendías. 

Pero aparte, no era momento de endilgar culpas o emitir al real Judas su verdadero quehacer delictivo. Prima facie, eran otros temas, otras emisiones de la vida inconclusa que jodían mi temperamento y que entonces hacían que vos creas en apariencia de mí, un ser histérico. Y sí.

Al punto del amor, nunca la materialidad iba a decirte tanto. 

La Fascinación Por La Condición De Posibilidad

Eran varias las rispideces en torno a la producción de conocimiento esgrimido por ámbitos académicos y otros que en verdad, no existían. Pero la ciencia cierta desconocía de los prolegómenos altruistas de la existencia y algunos, claro algunos, lo confundían con la idea del arribismo. Desde ya.

Yo, por cuestiones de experiencia divina, creía en la existencia de fuerzas del más allá que dieran cuenta de la posibilidad de lo incognoscible y que incluso, era lo más común de las creencias específicas del mundo terrenal y del desarrollo del despliegue ontológico. Al pasar, me esgrimían que me embarraba en aguas no potables y que en esas consideraciones, iba a quedar resentido strictu sensu. 

No importaba. María, quimera de las ramas caídas. 

El Señorito Que Debía Dar Explicaciones Por Irse

Nunca le reprochaste al informante ilegal de las serias consideraciones que se desparramaban bajo todo el suelo de la sociedad y donde yo, según sus dichos, era el absoluto culpable del mal de los nuestros.

Entre los extranjeros, donde decías que había que incluirlos por una cuestión de necesariedad y conveniencia social, tampoco aceptabas la verdad del disenso cuando enamorarse, no era por una cuestión política.

Parecía que creías tener derecho a pedirme explicaciones por irme y dejar solo no se que.  Te cuento que no hice ninguna revolución y mucho menos te engañe, si era eso lo que preocupaba.

Pero de las informaciones ilegales que usufructuabas y donde incluso, considerabas tener verdad, no ponías tela de juicio. 

La Liga De Los Jueces Excarcelables

Era muy duro tener que aceptar que el miembro se mantendría fláccido y no habría nada que posibilitara otro destino.

 El recogimiento de planteos procesales no ayudaría mucho, sí es que suponías otorgar esa sorpresa. De todos modos la ciencia, el sistema, y la totalidad de creencias específicas que se imponían bajo formas de legitimidad ascendente o en su caso, de contra-legitimidad, zarparían igual los deseos de la buena voluntad del justo soberano.

Lo escatológico, cuando decían del algoritmo, impulsaba las varias penetraciones de la carne in abstracto.  Y ya te habrían visto prometiendo la liga.

Aunque justa no era tu idea. 

El Reloj Pulsera

Es cierto que estaba tentadísimo en que bailemos lento americano y que luego del movimiento, el sismo se lo llevé puesto dios. Terminante. 

Al mismo tiempo, las ciencias sociales de reojo, averiguaban de mí y de tus intenciones. El lento americano no era algo que vos supieses que estuviera de moda y te intrigaba esa idea de abrazarse, y dejarse llevar por la senda de la sensación y capaz, capaz desear.

Tus padres, cuando salíamos, contabilizaban las horas. No soportaban  ni lo slowly ni el proceso de alquimia producido por la tentación. 

El reloj. Tu reloj pulsera. 

The girl who took ipa beer and could stand to be told apa..

Y eras vos, que preguntabas de manera capciosa y creías inducir al resto de tus camaradas al momento culminante de la utilización del deseo. Ni te lo decía, por motivos de estrategia de sincronización y la verdad, veías la problemática del mundo, desde la platea. Y entonces para mí no eras. 

Buda era todo lo contrario a las posiciones de la estructura delictiva y el punto, no, ni lo creas. No me tomabas con la seriedad que merecía. 

Tanto avistaje, tanto conocimiento e información utilizada para que sigas creyendo que la discusión pasaba por lo masculino o lo femenino. 

Y yo era el sujeto que creía del nuevo paradigma. No lo  supiste.

La Pluma, Jerga Dialéctica

O sea, me decías que cuando trabajabas, sin que tu patrón lo sepa, ¿ te ponías a leer libros o en su caso, algún suplemento del diario?. No, no, era gracioso. 

Igual, debía hacerlo con muchísimo cuidado ya que el sistema de laboro contabilizaba sus plumas por doquier, atentas para ofrecer in fraganti esa data al trompa, desde luego, una obviedad. 

Y era tiempo y falta grave. Leía de las bombas nucleares y de cuando las madres eran super afectuosas con sus hijos. Rarísimo, yo era super independiente de esos vínculos y leía y leía.

No me importaba otras veces, del que dirán cuando me eran infiel y los del círculo íntimo reían. Chiste.

Sabía del modo de aplicación que a futuro, esas plumas condicionarían mi ser, y mucho. Pero no.

Había adicción. Y no te motivaba mi ser.

Los Que Sabían Más Que Marx

Era obvio que por cuestiones económicas no podíamos ir al hotel  más top para enamorarnos. Sería mentirnos para aparentar el consumo orgánico del capital y aunque nos seducía esa idea, no disponíamos de una economía confortable para tales fines.

La horda, la multitud, discutían y aplicaban el disenso con respecto a la dimensión del conocimiento y cuales eran las causales del castigo a los sectores más vulnerables e incluso a sectores promisorios.

Hacíamos ciencia, pero no sabíamos. Dolían las rodillas cuando caíamos en crisis.

La División Hermenéutica

Le ponía talento a cicerone para que no diga la verdad. Pero era imposible no recordar las atrocidades que esgrimía sobre el derecho romano y la Escuela de Savigny.

Por motivos del derecho real, el pibe se enamoraba fácil. Yo no podía creerlo.
Statu quo y representación. 

La Celosa, La Salsa, El Pacto

Siempre nos reíamos de cuando le dábamos la salsa y tentábamos al padre bajo cualquier manifiesto de amor. 

Nos encantaba. Era esa sensación única de poder reírnos de nosotras mismas y pensar, los bemoles del concepto de los que ya no están en vida  y que quizás, se fueron con dios, capaz, por posibilidad. 

Pero los celos, los celos no iban con la idea abarcativa del momento.

Sabías de mi amor profundo por la naturaleza y el cuidado de su conservación. Al tanto que no soportaba el avance de la técnica al meollo del tema.

Nunca iba a pactar con los elegidos de esas formas diabólicas y menos en secreto.

¿ Cuáles eran tus dudas?.

El Juguete De La Cia, Compañia Interdisciplinaria

Los nombres siempre eran específicos. Los sentidos, obvio, los sentidos del corazón variaban antojadizamente al ritmo de la coyuntura. Pisar el palito y caer en la red, era una situación importante. Lo sabías.

Pero los juicios, por tu honrosa idea de la analítica del sistema, no sucedían al punto del dedo en la llaga.

Siempre había ego, siempre lo había. Pero al momento de la pedagogía del oprimido, pusiste el infierno.

Tinder, No Te Hackea

Había que soportar toda la oscuridad del sol cuando nos bañabamos a las escondidas, y nadie sabía de la pobreza de las palabras. Pero vos, siempre tan incapaz de creer en las formas institucionales del amor, no sé, te confundiste por la habladuría de la multitud y ya nada fue igual.

Eras la consumación de la virtualidad que pretendía, a pesar de la sincronización.

¿ Y la dogmática?, se había enamorado de mí. 

El Paraguayo, Los Pararayos

Las formas del amor no eran correspondidas con los mismo pliegues de sentido, y las amantes de la Psi estaban histéricas con él.

A propósito, el paraguayo mantenía en trance algunos dichos comunes de vecindarios cercanos. Geopolíticamente no teníamos una relación indirecta, como si, el objeto directo fuera una dominante del malestar bíblico entre hombres y mujeres del bosque.

Ante la tormenta, los pararayos eran importados.

Las Maia´s

Era el incrédulo, que latigaba la asfixia cuando los enamorados intentaban buscarse. Y por formas del inconsciente esclavista, llegaban datos de la revolución.

No había estratagema para sedar los apriorísticos del conquistar por conquistar.

Y había solidificación de gran parte del aire. 

La Confiscación Del Romance

Eran ellos los que esgrimían de la inutilidad del potencial romance entre varias de las vicisitudes dadas entre los protagonistas de la historia.

Saúl el frívolo no mantenía intencionalidad de jugar para la estructura legitimante y menos, cuando su hijo estaba al tanto de las traiciones eclesiásticas.

La esperma al caso, no contenía el adn que demostrará ese invento del misterio trinitario donde hacía siglos nos verseaban. 

La justicia constructivista no debía ser un crimen. 

Los Custodios

Era por la suposición del infiel, el caso de la reina madre. Para ella, la política de privacidad no existía y cometía el pecado cuando el mudo frecuentaba la noche. Algunos custodios, provistos de la información caliente, salían al ataque.

Al tronco, ni por asomo. 

Sleeping With The Enemy

La imaginación, propia de los deseos de la carne, afligía al corazón del cuarto oscuro. Tú, desconocedor de los inventos de la tecnología, desmenuzabas la incomprensión de la clase racista y plebeya.

¿ Otrora?, otrora misterio y esperanza por el castigo del adivino.

Whisky En La Nada

Nos esgrimían que era poco lo que hacías para la conquista y entonces eso se convertía en tu deuda. Por las formas de la sociedad, todos estábamos acostumbrados e incluso, obligados al yugo de la causa.

El informe confidencial planteaba en duros términos tu falta de acción y hechos concretos para tales fines.

 ¿ Y vos qué hacías?, ¿ Qué hiciste ante el problema de la humanidad?. La inutilidad de la respuesta se afianzaba acaso, dentro del subterfugio de la estructura delictiva.

Y los que te acusaban, dalo por hecho, no estaban a la altura de la pregunta. 

The Logic Of No Training

Nosotros no creíamos en las formas básicas del conocimiento primitivo. De hecho, éramos exquisitos en las implicancias del goce y dada la similitud, preferíamos las sendas del prejuicio reaccionario.

Un poco por destino, un poco por deseo despojado del mundo. Y la idea de la libertad, desde ya, creíamos que éramos libres.

La lógica, el pulso, el allanamiento. 

Las Amigas De Bin Laden

Yo era el pibe que de un día para el otro se fue del mundo a caminar por ahí sin saber porque. Era cierto, yo era.

Yo, y cierto que era que por causales de procesos de estructura delictiva y obligado a no ingerir bocado alguno. No comía. No comía y caminaba sin cesar, suponiendo amor, suponiendo cultura. Y entonces decidir sin querer, desvanecer, desvanecerme del cielo.

Y era una gracia, el resto del mundo sonreía. 

La Que Dijo Descuartízalo

Toda la apreciación del disléxico era completamente errada. Los celos del amante eran provenientes de la estructura delictiva y no, del ex amor dejado por los vaivenes de la política. Los amigos no sabían diferenciar tales motivos intrínsecos de tipos que soportaban en creces, la guerra abstracta. Y diría Dios, ni la menor idea de la verdad del comienzo de imposición de la estructura legitimante.

Miraban al objeto y lloraban por dentro. 

Ascesis, Y Decía Altruista

Unitario el posicionamiento del hijo cuando en su astuta soledad establecía la escritura inútil, de la apología del trueno.

Ya era sabio, por fuera de su naturaleza ficticia. Aunque la división de la sagrada familia era funcional a los placeres de la carne abstracta.

Atentaban con la palabra y el fuste del castigo era propio del informante.

Sauvage, The Episteme

Era mi mamá la que esgrimía que estaba en el aire, el virus, la bacteria. Y yo pensaba, pero no, no es así. Ella no había leído ni de casualidad la frase; todo lo sólido se desvanece en el aire y entonces porque sí, supuse de la sincronicidad.

Y no quería seguir desmenuzando el saber de la vida. Era cierto. Consumíamos sólido y desafíabamos la perfomance orgánica de lo contrario, lo líquido, lo gaseoso.

La episteme, la mercancía. El sujeto en cuestión.

La Chinita

La it girl era superpoderosa y daba instancia de amor al veredicto final. La arena del tiempo, la seducía con el tanto del prejuicio de clase, y al sol, germinaba su astucia de loto.

Y había vuelta. Vuelta de flirteo de la serpiente y el humus histórico de las nubes secas, nubes que dibujaban la nodriza apocalíptica del suspiro tangencial.   -Acaso no comprendíamos- 


Superpoderosa en los intentos de salirse de la lógica reproductiva del statu quo de ser y ella era el alcance de la ciencia del ego. 

Corporativo, corporativo la sensatez de mi orgullo.

Gargantita De Oro, Apoteosis Del Conocimiento

 Ya estaba afligido. Habían pasado distintas teorías que no lograban sustentar la explicación real sobre lo sucedido. Las formas del deseo variaban considerablemente y no alcanzaba mentir para adoctrinarte mejor.

Era sapiencia dentro de la garganta. Y no había elementos de sincronización como emitían los maestros.

Cantar, formaba parte del esclavismo colateral.

No fingía, era del sueño no interpretado.

Llueve, Coordenadas Básicas Para Realizar El Amor

Estaba en otra. Triste la cosmovisión del estructuralista donde no ponía paños fríos al imposible del goce superfluo.

La relatividad, cuando te decían que todo era por una cuestión de venganza y que las nuevas generaciones estaban dispuesto a todo, incluso mentirle a la idea de creencia específica, y luego volar.

Las apariencias siempre nos engañaban y el mito continuaba tangible.
Llovía, y los dioses estaban en intencionalidad de alzarse. Sabían de la naturaleza estupefacta.