Para la prisión ontológica, había la necesariedad de varios elementos espectrales que confabulen en simetría de vectores. No lo habías escuchado seguro, o quizás, bajo otras formas tutoriales del sistema.
Ni que lo digan.
Y la armonía del espíritu no tenía que ver entonces, con saber en definitiva, quién era cada uno en su propia individualidad. ¿ Lo negabas?.
Era eso. Amor, amor comprame.
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