Perdíamos el cable a tierra y no podíamos creerlo. Circunstancial, el mudo nos caminaba todo y no lográbamos discernir acaso, su lógica de sentido. Capaz no la habría, y a la significación de la competitividad, el falocentrismo ya era su historia.
No iba a convencerte de las tríadas conceptuales dentro de la astronomía y las burbujas de los creídos, además, por cierto, no me cabía ese conocimiento alejado de lo que realmente pretendíamos y de paso debatir sobre la mejor música, objetiva, se supone que era lo tuyo.
No había error. Creíamos en los datos específicos del sistema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario