sábado, 8 de junio de 2019

Las Páginas No Responden

De ningún modo podía aceptar lo que me sugerías. De ningún modo. Que yo era un vínculo tóxico y esparcía sobre el cuerpo ontológico de tu madre lo que no era bueno. ( Afectación moral de estas acusaciones).

Era un yerro. Sencillamente era un yerro importantísimo y obvio, producto de las estructuras reaccionarias que dinámicamente iban desplegándose y endilgaban culpabilidad a lo que no comprendían bajo el ala de las deidades religiosas.

Al punto, yo no pretendía ese usufructo.

Sabía que existían otros mundos. Sabía que existían y no importaba la responsabilidad de que fueran reales o ficticios. Importaba de que era cierto. La posibilidad de la posibilidad ya era la posibilidad.

Lo comprensible, lo anacrónico de la toxicidad que vos creías importaba un sesgo. Simplemente una abreviación del sistema.

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