Todavía seguías creyendo de mi famosa culpabilidad. Estabas convencidísima, no convencida, convencidísima de los designios que estipulaban mis culpas dentro de tu panorama social. Y yo tenía que lidiar con el destino del mundo y al mismo tiempo, hacerme el despreocupado. Pero además, tenía que hacerme el que no recordaba. No recordaba de los primeros juzgamientos disvaliosos que esgrimías hacia mí. ¿ Sabías no?.
Había toda una totalidad de secuencia relato trama donde vos recién comenzabas a conocerme y dilucidabas mi personalidad en base a tus prejuicios de clase.
Y así seguiste hasta la totalidad de traicionarme.
La vida, eso que tenemos al disfrute, obvio, se encargaría de enseñarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario