lunes, 19 de febrero de 2018

Psique

Cerrar los ojos era el truco perfecto para visualizar algunas cuestiones de tus deseos más profundos. El tema de la histeria apodíctica no era para qué pienses, al fin, me lo quite de encima. Se supone que las idealizaciones corrían finamente por tu cuenta. Y yo, a posteriori del ego, creía cosas del más allá y enaltecía al amor erudito.

Por eso me besabas y cerrabas los ojos esgrimiendo stress, cuando los dioses te creían.

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