miércoles, 9 de mayo de 2018

Baldomero, El Escaziota

Sabía entre tantas consideraciones que la complicación de la poesía no te cabía ni una milésima. La métrica, la imposición del sentido del amor para conquistarte, no era tu fuerte y te hacías rogar. Yo, pollerudo por antonomasia, no comprendía las situaciones que me endilgaban los demás, tipo rarezas y mistificaciones del affaire.

Las judías no bailaban. Era el obrero el poético. 

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