viernes, 3 de mayo de 2019

No Surprises, Los Ciegos

No había sorpresas entonces al momento de dilucidar las causales del problema. Eso implicaba obvio, ahogarse en un vaso de agua cuando las horas pasaban y nada, los síntomas de la sincronización.

Y decían del bruto. La fe, la fe sin la moderación necesaria los cegaba. Idéntico, idéntico a las formas ideológicas que también cegaba a varios que pretendían verdad sobre la historia.

Pero nos amábamos. Éramos rubios y morochos, distintos, pero nos amábamos.

Y no lograban comprender los dichos de esa implicancia. 


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