Recuerdo que si no era por los servicios, hubiesemos generado un gran timing en el amor del sexo, pero me ninguneaste.
Y la pose de ningunearme hablaba de vos. De tu situación en el mundo. De tu frialdad para considerarme.
Y mi mente, alejada de los parámetros de la cultura snob y de moda, sólo pretendía amarte.
Tenías que besarme y la invitación era mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario