Te habías sincerado pero no era suficiente para poder legitimarte. Debías recordar, las tremendas patrañas que hiciste circular adrede a propósito de mi ser. Y no era que no comprendías la ofensa. Estabas equivocado.
La cuestión, culpabas de gatopardismo al ignorante y éste, sólo sabía del informante y repetía varias veces lo que de memoria, sabía. La contradicción del tercero no excluido. ¿ Y? Era ciego el camino hacia el mundo.
Pero no daba para entristecerse. ¿ Latía el cuore en tu cuerpo no?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario