lunes, 30 de julio de 2018

Lo Real, Sublime

Ya creía yo de las apreciaciones del tropos cuando el escepticismo de mis colegas hacía estragos con la idea de embaucar al mundo. Aunque al enfrentamiento del maniqueísmo, dado los resultados, prefería no enamorar al iluso, acaso por cuestiones que enviaba el dictamen social.

Pero creía, afortunadamente creía en los designios del dasein cuando al calor de la carne humana el espectro elucubraba el fin de la sincronización circunstancial.

Inocuo, de todas maneras inocuo el rudimento cuando las leyes despreciaban al normativista, y el rol significaba comienzo y averiguación del rol.

Fuste.





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