El sadito, negaba el proceso de sincronización del amor y apenas se enojaba por no poder llegar al orgasmo.
Sin cuidado, argumentaba de algunas situaciones sospechosas de flirteo sin notificación y astucia del fenómeno paranormal.
In loco. Era una expresión jurídica qué databa de los años 70 y en temple de los significados, el sentido auditivo le esgrimía su concentración.
La sangre para las chicas, era cuando inventaban la resurrección.
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