Parecía sincera la apreciación del mudo, en lo concerniente a la hipocresía y falsedad reinante dentro de los parámetros de cierto funcionamiento social. Pero igual, eso no era materia de discusión para los que pretendían decididamente felicidad ontológica para unos y otros.
Perogrullo pero se les subía el humo a la cabeza.
La ideología supuestamente mejorcita para nuestro sistema y también esa religión, equivocaban en su apreciación para lograr la solución dentro del disenso.
Y ahí teníamos a todos con el humo en la cabeza. Creídos de que se las sabían toda. ¿ Y sincronizaban qué? , el mudo, el maestro ignorante poco a poco detallaba la soberbia y arrogancia de los distintos componentes de los procesos de sincronización social. Le daba saber al faltante de la química para la física.
No decía materialismo. Decía caliente materialismo.
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