Me habías dicho que era desmedido y no podías decirme toda la verdad de los militares dentro del problema de tu amigo. Sufría horrores tratando de psicoanalizarte y lograr que por propio arrepentimiento te sinceres conmigo. Te amaba, te amaba cómo nunca antes a nadie y mi cuerpo te necesitaba.
Sentía que mentías. Era raro, mi mamá que era muy creyente quería lo mejor para mí y no dejaba de cuestionarme tu pasado secreto con esa gente. Yo no era una chiruza, lo sabías. Hiciste todo lo de la alquimia para el mal de tu amigo y lo negabas, te guionaban la vida y ni lo sabías.
¿ Tan zurdo eras de corazón?.
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