lunes, 28 de enero de 2019

Vale, El Mercader

Tenías los utensillos pero no sabías de la práctica. Era bastante el descontento que había con vos y el primo Raúl te dejaba de lado. Enamoraste a un pendejo importante, deberías saberlo.

Desconfiabas del tipo por las vicisitudes del caso. No iba él, a llevarte a la ópera o cosas por el estilo, pero tenía entonces la composición estructural para lograr eso unívoco de la intensidad, necesaria para lograr tu climax.

La ciencia de la yoga y la ampliación de tus chakras sinceramente, el tipo era más que eso, lo bloqueaste, no lo dejaste ser. Y era importante que lo sepas porque el mercado imponía sus reglas y quizás, no sé, el amor hubiera sido entre ustedes. Tendrían prejuicios, lo sé.

Yo era el participio cuando él era tu verbo, pero te decía, no sé, no sé, no tenía que seguir insistiendo en decirte razones. Era tu propiedad la que dirigía el mundo.

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