La fijación, cuando a veces hablábamos de fijación, eran los estados de inconsciencia y la posible alienación del sistema al coma galáctico.
No había film noir, ni esas cosas bellas de la vanguardia jurídica, pero sí, teníamos la conversación de los que entristecían al lodo de la trama. -Había secuencia dejada- .
Y el informante traía los resultados positivos de la enfermedad oculta entre los seres de la iglesia. Creencia específica y un motivo de amor sin elucubrar.
No queríamos repetir la lógica del sentido.
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