No podría darte el conocimiento de los círculos concéntricos generados por las manadas, círculos concéntricos que observábamos en las afueras del campo, no podría. Su percepción se tornaba nula y la verdad, no me encontraba a la altura de la circunstancia.
Las manadas las inventamos o daban cuenta, con la intensa forma de desplegar sentido de verdad ( afuera del conocimiento humano) pero vos no aceptabas que habías interferido en asuntos de mi vida privada.
( Relaciones geométricas comulgaban con apreciaciones díscolas). O sea, basabas tu lucha esgrimiendo cuestiones que eran de verdad, lo que las leyes decían que era y no te generaba ni la mínima culpa. Considerabas tener derecho en obtener datos de mi esfera privada. De mi pasado, de mi presente y de lo que consideraría, mi futuro. Acaso si existe.
En fin, yo, con los círculos concéntricos daba señales de la voluntad esgrimida en otra dimensión, y no percibías la posibilidad de entenderlo.
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