El caso era entonces que vos focalizabas una y otra vez sobre el yerro. De este modo, no había mucho que considerar porque construías con el resto de tus allegados las supuestas y verdaderas causales del problema.
Yo no me había peleado con mi padre de manera desaforada para que vos creas y estipules construir a partir de ahí la idea de las razones y justificaciones del problema.
En verdad, desconocías de las verdaderas, digamos, strictu sensu, causales del problema. Y de todas formas, no era tu obligación saber de estas cuestiones. Pero sí, debías al menos, discernir por tu propio ser y no por los que te decían los demás o incluso, gente supuestamente con poderes sobrenaturales.
Era fácil entonces sincronizar el mundo según lo que decían el resto de tus allegados y porque no, alguno de tus familiares. Pero el tema era que focalizabas sobre el yerro.
¿ Y así eras feliz, escondiendo la verdad de la historia?.
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