Yo era el pibe que de un día para el otro se fue del mundo a caminar por ahí sin saber porque. Era cierto, yo era.
Yo, y cierto que era que por causales de procesos de estructura delictiva y obligado a no ingerir bocado alguno. No comía. No comía y caminaba sin cesar, suponiendo amor, suponiendo cultura. Y entonces decidir sin querer, desvanecer, desvanecerme del cielo.
Y era una gracia, el resto del mundo sonreía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario