jueves, 27 de diciembre de 2018

Brazil

Ahora venías a decirme que la estrella de Belén te guiaba hacía la oscuridad. Esa oscuridad, se entiende, tan temida por la inteligencia humana. Faltaba que dijeras que los lobos se comían a los hombres por mandato religioso y lo crudo entonces sería la candidez por la espera. 

Los amores, esos distintos amores por el vicio, ya habían sido perdonados y ya se encontraban en otra secuencia mística del tiempo.

Deberías haber conocido al que te dije. No soportaban su plenitud.

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