jueves, 6 de diciembre de 2018

El Amante Del Notanpuan

Estaba con mucho temple sabiendo que afrodita me acompañaría en estos nuevos procesos de aprendizajes del saber para luego desarticularlos y emitir al don juan, la verdad del asunto.

Los intereses económicos no bastaban de ningún modo, para acarrear justificativos de crueldad contra el vientre del padre. En esto, plenamente debíamos coincidir.

La cuestión ética, no era razonable hablar de ética cuando elaborábamos en la práctica ser amantes ilegales. No, yo no te esgrimía amor a primera vista y yo no iba a discernirte los vaivenes de la estructura legitimante para que creas lo que a vos te  importaba creer.

Había que decirlo. No era sencillo convertirse en tu esclavo de amante y no permitir que las percepciones crezcan por doquier, no lo soportaría. No tener celos era tu fuente de madurez y acaso, de colaboración con agentes externos. Y era eso. La rencilla económica nos desvastaba y tenía de mi parte, la suficiente honradez para declararte mi amor y porque no, perder.

Perder el sentido de verdad y que afrodita me amé. Al punto, que afrodita me amé.

No comprendías las apetencias del juicio.
Estaba por verse.

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