Propiciábamos todo el saber cósmico y que algunos decían que era de absoluta ilegalidad. Ni la cia lo sabía y nos reíamos.
Y le decíamos al sujeto del farmakon deconstruido y los efectos para la old school cuando la cultura veraniega disertaba de los planes del mundo. Y los planes del mundo no eran esconderse en ghettos ocultistas del saber real, y obvio, las estructuras paleaban ostras por la imaginación.
Era un mundo petrificado. Pero nos cabía la situación irreal.
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