Habíamos tenido la fantasía pero no pudimos hacerlo. La reestructuración hacía el bien no era tarea sencilla y teníamos sólidas notificaciones de la estructura legitimante desconsiderando de la real naturaleza del Señor.
También, teníamos hermanas que cuchicheaban por lo bajo. Debíamos diagramar el mapa de la nueva territorialidad y los astrónomos tenían un campo energético desagradable.
Campo de las acechanzas, campo de las virtudes.
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