No tenías necesidad de utilizar esas redes sociales para conquistarme, no tenías ni la mínima idea de lo que sucedía, pero lo hacías.
Eran varías las veces que intentabas sincronizarme por esos medios y la verdad, no me dejabas vivir y no entendías el cercenamiento a mis verdaderas pasiones.
Yo era un sujeto indomable, no me cabía la menor duda. Aunque de enamorarme, eso sí que era posible, el psicoanálisis podría enfiestarse.
Prejuicios y temor al fiasco.
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