domingo, 19 de agosto de 2018

Robespierre

No había logrado conmoverte. La tristeza era enorme pero estaba acostumbrado a situaciones de tal naturaleza. Siempre me catalogaron de sospechoso por considerar enamorarme  rápido y sencillamente fácil. Pero no. Tenía mis años y ya había aprendido que si un hombre no lograba conmover a su mujer deseada, algo de culpa habría y entonces ampliaba su fracaso. 

Lo consumado no era nada en comparación a lo posible que podría generarse dada la reciprocidad necesaria.

Eran los dados quienes acusaban mi destino.


No hay comentarios:

Publicar un comentario